Por: Valentín Medrano Peña.
Para que sea mi primera publicación en Noticias Oriental, y sea mi lamento ante los protestantes de ayer, hoy funcionarios o sanguijuelas del erario, receptores y cultores de lo que ayer criticaron. Al decir de Irvin Alberti, “Los males siguen siendo los mismos, las parodias de ayer parecen escritas hoy”, y yo le agrego, pero las protestas y los protestantes no lo son.
Publicado el 29 de febrero del 2020, cuando aún la Marcha Verde no había llegado al gobierno.
“Y vieron los viejos que los jóvenes habían creado algo maravilloso, habían inventado una nueva forma de ser, una palabra nueva para expresar dignidad. Se sumaron a los jóvenes, pero no como uno más, robaron protagonismo, fingieron ser propietarios de la idea. Pero aún eran viejos”. (Twit).
Y vinieron los viejos.
Y obtuvieron fondos y dieron publicidad, y llamaron a masificar. Levantaron carpas, pusieron tarimas, dispusieron de facilidades y convocaron a un espectáculo. Entren to’, pues debió obrar una apertura para que pudieran ser parte. Los años eran el ticket inicial de entrada, pero eso debía ser prostituido. Solo así llevaremos el mensaje, el nuestro. El resultado final de nuestros odios cultivados. Allí saldrán a flor, nos encargamos, toda la manipulación posible para aislar la idea inicial de los jóvenes. No puede limitarse a pedir y exigir y demostrar dignidad. Necesitamos subir nuestras maledicencias, las mañas de viejos, nuestros lastres, odios y dolores.
Quiero hablar, debo hablar, lo haré. Los convocantes pueden ser mis nietos. Pero no tienen el mismo derecho que yo, ganado de tantos años de autovaloración positiva. Lo he hecho bien. Nunca, sin embargo, pude hacer provecho de una coyuntura como la creada por estos mozalbetes.
Y hablaré y hablé, excluidos y olvidados los grandes sesenta iniciales. Y ahora los de sesenta lideramos, ellos no tienen las capacidades. No encontrarán apoyo, no lograrán hacer lo que hay que hacer. Les daremos agua y sombrillas y banderas y más sombrillas y carpas y un discurso que deberán abrazar, y música de altoparlantes, y cantantes y otros cantantes y más cantantes, para que entiendan que el discurso correcto inicial es corto, y hay que agregar mi verdad, que aunque no resiste pasar por el tamiz de la legalidad, la bruma permite todo en el mundo de la post-vedad de la otrora verdad, ¿Es esa la denominada posverdad?
No importa lo que crean que motiva, la mentira de ayer es la verdad de hoy.
Quizá el círculo vital vuelva a develar la esencia de la verdad verdadera, si es que esta existe o existió.
Los jóvenes iniciales. Los grandes sesenta, quizá no fueron consultados acerca de los cambios. Sienten sin embargo el placer de haber cumplido con su deber, con una acción innominada, los nombres que aparecen en los titulares y esquelas periodísticas son de los otros, los de los sesentas y de antes. La patente de la digna acción fue registrada por unos vivos. Y se robaron el show pero no la dignidad de la protesta.
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