“Lectura a Jochy Gómez. De ser cierto lo dicho por este. Se develiza la falsedad de Ministerio Público y justicia independientes, y de la equidistancia del Presidente, pues éste afirma que le mandaron a alguien a arreglar asuntos que son propios de la justicia y eso es un delito”. (Twit en X).
La justicia está llamada a ser independiente e imparcial, por igual, en sus funciones, el Ministerio Público no está subordinado a ningún funcionario u órgano. Los abogados están obligados solo por medios, de manera tal que la ley misma establece cuales son las acciones procesales que éstos pueden incoar.
Durante su campaña electoral y aun como mandatario de la nación, el actual Presidente de la República, Luis Abinader Corona, se montó en un discurso de independencia de la justicia y llamó a los órganos de incidencia en la modificación constitucional y la cocción de leyes, a abonar el camino para lograr confeccionar un Ministerio Público independiente.
Miles de millones gastados para hacernos saber que la sola designación en un mismo decreto de doña Miriam Germán Brito y la actual procuradora Dra. Yeni Berenice Reynoso era suficiente para hacer independiente a ese órgano constitucional, muy a pesar de que solo afectaba a un mísero 0.03% de la matrícula de miembros de ese cuerpo.
La razón más importante era que: “A mí el Presidente nunca me ha llamado para nada o me ha sugerido cosas”, cita a Miriam Germán, y que el ciudadano presidente tenía la intención de modificar la Constitución para poner en ella esa pretendida independencia.
Todo el dinero gastado y los anuncios publicitarios en las carrocerías de vehículos de transporte público, en estaciones de radio y televisión, y en los pagados interactivos, y los periodistas USAID y otros azuzando a los nuevos tiempos marginados de impunidad y era de la independencia del Ministerio Público con tres protagonistas y medio, tres y medios súper publicitados, todo con cargo al erario dominicano, y ahora sabemos, que también de los impuestos de los norteamericanos que luego podrán reclamar su territorialidad para posibles cuestionamientos judiciales. Y ello representaba el surgimiento de un Ministerio Público Independiente.
Cuatro años después, los mismos actores de la ambivalencia, nos restregaban un nuevo viejo discurso, hay que crear lo que dijeron que estaba creado, el Ministerio Público Independiente, y ponerlo en la Constitución y quitar el poder de designación del procurador al mandatario. Y otra vez anuncios y anunciantes, programas y programeros, y similar parafernalia menos los carros y autobuses de Fenatrano y demás, anunciaban que nacería el neosalvador de la sociedad dominicana, el Ministerio Público que nació con un decreto bipolar cuatro años antes nacería otra vez.
Y convocaron a la asamblea nacional para decir que el único presidente que cedía poder en la historia, el padre de la patria nueva, el reformador de la justicia y propulsor de la independencia del Ministerio Público ponchaba el botón de encendido de la figura inmarcable, independiente, inaccesible, insobornable e insometible, el nuevo nuevo, no es un error la reiteración del término, Ministerio Público independiente, que es la continuación de aquel que se inauguró allanando la sede de un órgano constitucional con potestad para auditarlo, la Cámara prosternada de Cuentos y números graciosos.
Lo cierto es que la nueva Constitución no tocó el artículo 170 en donde se tendría que incluir como principio rector de la función del Ministerio Público el de independencia, no se reformó, y lo que se hizo fue dotar a uno solo de los casi once millones de ciudadanos dominicanos con la potestad de proponer quien sería procurador y quienes serían siete de sus adjuntos. Un solo dominicano, el mismo que antes podría designarlo, ahora solo puede proponerlo, con la lindeza de que el Consejo Nacional de la Magistratura sólo a esta persona está en facultad de designar, es decir, que es la misma cosa pero con olor diferente.
Y el mundo aplaudió al país por tener un presidente tan desinteresado y desprendido, que ha predicado que no injerencia a la justicia ni al Ministerio Público, pero que les ordena, y estos obedecen, asistir a una reunión todos los lunes, La Semanal, en sede policial, donde a cargo del exprimido presupuesto de ese órgano, todos los titulares de fiscalía y especializadas del país acuden a alabar al dechado y a rendir cuentas. Pero no se confundan, son independientes.
Y una mañana de un abril cualquiera, en un programa de unos marchadores, el poco de país consciente sufrió un colapso. Un personaje de espanto y agrado a la vez, Jochy Gómez, dijo entre otras cosas, ‘que ya siendo imputado investigado de un proceso, del cual terminaría siendo acusado y sometido a medida flash de coerción, que impuso una prisión que duró menos que una lombriz en un gallinero, el Presidente reformador, el neo salvador de la patria, le envió una persona para que resolviera el tema moviendo los hilos de la justicia y del Ministerio Público ya independizado, y oh Santo Dios!!! A diferencia de los procesos de otros ciudadanos, tuvimos el récord Guiñes dominicano, no el Guinness, de mas corta duración de una privación de libertad por corrupción y terrorismo de la historia, con la participación protagónica de los mismos jueces, los mismos fiscales, las mismas calificaciones jurídicas y los mismos abogados. ¿Qué fue diferente? El silencio de Guillermo Gómez, padre del susodicho, que luego que dijo que cantaría todo no acudió al karaoke.
Pero la afirmación sigue ahí, reiterada, no desmentida, y por menos que eso y en base a una obstrucción supuesta de la justicia se allanó y prosternó la Cámara de Cuentas por violación del artículo 12 de la ley 133-11, orgánica del Ministerio Público.
Tratar de resolver al margen de los procedimientos judiciales y acallar situaciones imputables en casos de presuntos robos a la cosa pública es obstrucción, de forma tal que mandante y mandadero deben dar explicaciones en la cuarta planta del edificio próximo a la bolita del mundo, bolita de la cual deben los huéspedes del edificio embellecido por Margarita Gómez mostrar en los hechos que están distantes.

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