Re-Dicho. Reeditado. Reenviando. Retomado. Reencontrado. Y sin embargo, el mismo sentimiento:
Feliz día del padre.
Día del padre es mirar atrás con añoranzas. Recordar esos momentos de amparo, cariño y protección, de la eterna comprensión, de cuido y conejos.
Papá es poder con ternura rememorar, revivir aún viviendo la experiencia.
He buscado la expresión que sirva para definir lo que siento, lo que quiero externar y lo que pienso.
Tenemos un patrón primario que nos da las primeras lecciones de que es ser padre, de como ser, que hacer, que decir y como actuar a partir de ese momento mágico que nos bautiza de papá.
Todo padre tuvo un padre y de ese padre aprendió como ser padre. El contacto con los conocimientos ancestrales heredados como humanos, la interacción con la educación y otras sociedades definen y modifican nuestras respuestas y acciones como padres, y el tiempo, el mejor aliado para moldear y añejar los sentimientos, logra hacernos más sensibles y comprensivos.
En esta etapa, inimaginable hace años, que depura y saca lo mejor de mi, que me enfrenta a la realidad de ser orientador siendo antes orientado. Reflexiono y busco al verdadero responsable de lo que en ese campo esencial de la vida puedo ser, y pienso, y creo, y añoro, y siento la sola necesidad de decir: “¡Gracias Papá!”.
Felicidades a los padres y a los padres por venir, a las madres que suplen a los padres y sobre todo a mi padre creador a quien debo todo. Gracias mi Dios.
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