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El general Timoteo Ogando en la prensa norteamericana

Pastor Vasquez Frias

Por Pastor Vasquez Frias

“Volaba por los caminos el caballo bermejo del general Timoteo Ogando. Detrás le seguía la menguada y brava tropa en flacos caballos, tan rápidos como el viento de la cordillera. No duelen las heridas. Las distancias no importan. ¡Correr! ¡Volar!, porque detrás viene la muerte. Son hienas los soldados del presidente Báez”.

“Ogando trepaba la cordillera con agilidad de centauro. Eso era él: un centauro…..Ahora Timoteo volaba sobre el sinuoso camino, sonoro, de trotes agitados. Iba callado y endurecido, como los paisajes de aquella tierra brava.” (Freddy Prestol Castillo, en Pablo Mamá).

En enero de 1869, el legendario general Timoteo Ogando atacó la comandancia de Neyba y en la refriega, que comenzó entrada la noche, cayó muerto el general Lowenski Lamarche, comandante de la plaza.

Eran los días de la dictadura de Buenaventura Báez, que había comenzado en 1868 cuando un movimiento armado derrocó al general José María Cabral y Luna.

Cuando Báez comenzó a coquetear con el gobierno norteamericano, dirigido por el presidente Andrew Johnson, quien había sucedido al malogrado presidente Abraham Lincoln en 1865, para procurar la anexión de la República a Estados Unidos, un grupo de patriotas dominicanos, que habían luchado contra España en la Guerra de la Restauración, levantó el estandarte de una guerra con espíritu nacionalista.
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Mientras el general Gregorio Luperón montaba una expedición en el vapor “El Telégrafo”, en Jacmel, Haití, se reunirían los generales José María Cabral, Timoteo Ogando y Marcos Evangelista Adón para marchar por la frontera sur y montar el foco de la resistencia en las comunidades de la comarca.

En el sur de la República se mantuvo encendida la mecha de la resistencia contra la dictadura, gracias principalmente a la aguerrida actuación del general Ogando, veterano de la Guerra de Independencia y de la Restauración de la República.

El asalto de la comandancia de Neyba atrajo la atención de la prensa norteamericana y un reporte del periódico The New York Herald, del 5 de febrero de 1869 trae la siguiente información:

“…A la costa sur llegó una expedición organizada en Curazao, compuesta por los exiliados enviados por Báez a Santa Marta. El mando de esta expedición fue confiado a los coroneles Luis Navarro y José De Soto. Otra expedición, organizada en Jacmel y dirigida por el General Adón, también había llegado al sur, donde el general Timoteo Ogando había impulsado la revolución durante los últimos meses. Se consideró que estas dos expediciones habían fortalecido considerablemente el movimiento allí. Las tropas gubernamentales fueron sorprendidas en Neiba, lo que resultó en una victoria completa del general Timoteo Ogando y la muerte del joven general Lamarche, uno de los más acérrimos partidarios de Báez. Las tropas gubernamentales sufrieron numerosos heridos en este encuentro. Los generales Alejandro y Antonio Pérez se encontraban entre el grupo..”.

Días antes, el periódico NY Daily Journal Courrier, de fecha 17 de enero, daba cuenta que los generales Timoteo y Andrés Ogando habían tomado Azua, con una tropa de más de 1,200 hombres.

Dice la publicación: “Los generales Timoteo Ogando y Andrés Ogando atacaron Azua con una fuerza de más de 1,200 hombres, reunidos en el territorio vecino… La zona, …, fue tomada tras un sangriento combate.

El general Timoteo Ogando estableció un gobierno militar provincial para evitar la reaparición de la violencia en Azua, que había sido tan frecuente en tan pocos meses. Hasta ahora, estos ataques a la capital de las provincias se han organizado en Barahona, al oeste de la bahía de Neyba, y siempre han contado con la ayuda extranjera, especialmente de Haití”. (Colección de periódicos antiguos de Fulthonhistory, Nueva York)

Al tema también se refirió el periódico Albany NY Evening Times, en un despacho del 16 de enero de 1868.

El general Timoteo Ogando, la leyenda del Sur, nació en Pedro Corto San Juan de la Maguana, en 1818. Todos sus hermanos fueron soldados de la Guerra de la Independencia y de la Restauración, y algunos de ellos cayeron en combate.

Timoteo Ogando, quien también participó en la expedición del patricio Francisco del Rosario Sánchez, en 1861, murió en Santiago de los Caballeros, en 1908.

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